Son de dos colores, amarillas y azules y sus volumen es de unos 23 litros aproximadamente. Aparentemente son bastante resistentes y su peso es liviano. Como el drenaje que voy a emplear será de unos 2 litros de arlita o grava volcánica y siempre queda algo de volumen sin ocupar ya que no se rellena hasta arriba, calculo que tendré un volumen útil de unos 20 litros.
Según he podido ver consultando diversas páginas la profundidad y volumen del contenedor es suficiente para la mayoría de las hortalizas, salvo quizás para aquellas de la familia de las cucurbitáceas (melón, sandía, calabaza o calabacín entre otras).
De todas formas el año pasado cultivé calabacines en recipientes mas pequeños así que tengo puestas esperanzas en estos, además la intriga y emoción de los resultados hacen mas interesante la prueba.
Todo recipiente ha de tener un buen drenaje, de lo contrario el agua se puede acumular en el fondo provocando la muerte de la planta por asfixia de las raíces o la pudrición de las mismas. A tal efecto practico cuatro orificios en el lateral de las papeleras en forma de cruz. Los agujeros los practico en el lateral de los recipientes para asegurarme la salida del agua, ya el fondo al no tener altura de separación no tendría la seguridad de que el agua se evacuaría bien o en un tiempo razonable.
Los agujeros los hago a unos 2-3 centímetros del fondo, esta zona estará rellena por el drenaje y el conjunto hará sus funciones convenientemente. Para ello empleo una broca para madera del número 10, quitando la función de percutor del taladro eléctrico.
Con estos agujeros el drenaje esta garantizado. Ahora solo queda preparar el contenido para drenar y la mezcla del sustrato. Sobre esto hablaré otro día ya que es un tema que bien merece una entrada completa.
Me despido de esta entrada con una perspectiva de lo que se va formando en la azotea.
¡QUé buena pinta Jose María!!
ResponderEliminarMuchas gracias, nos vemos en la terraza!
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