viernes, 29 de marzo de 2013

La Ortiga y sus aplicaciones (1/3)

Inicio aquí una serie de entradas dedicadas a la ortiga y a sus aplicaciones en nuestros cultivos.

Existen diversas variedades de ortiga, si bien en Europa la más común es la Urtica dioica u Ortiga Mayor.

Ortiga Mayor
Ortiga Mayor
Su carácter urticante es una de sus señas de identidad, y es que las púas que podemos observar son verdaderas puntas de lanza que se rompen al clavarse liberando una amalgama de sustancias irritantes, entre ellas el ácido fórmico.
Es una planta vivaz que alcanza ente los 60 y los 150 cm,  su tallo es rojizo,  cuadrangular, ramificado y ahuecado en los entrenudos. Las hojas son de un color verde oscuro, ovaladas, rugosas, aserradas, puntiagudas, y pueden llegar a medir hasta 15 cm. Los pétalos del conjunto floral son de color amarillo suave, disponiéndose estos en racimos colgantes de hasta 10 cm.
La reproducción se efectúa por división de mata con raíz, por esquejes o por semilla. Como curiosidad, las semillas son muy valoradas en el mundo de la canaricultura por favorecer el canto de las aves.
La recolección se suele efectuar sobre plantas silvestres, suelen encontrarse en zonas baldías pero donde existe un suelo fresco y con abundante materia orgánica. Precisa la ortiga de abundancia de nitrógeno para su crecimiento y expansión. Es por ello que la encontraremos en lugares próximos a gallineros, establos, montones de compost o también, en áreas urbanas, en lugares algo menos románticos como en los arriates de árboles o zonas de jardines que son frecuentados por perros o gatos para hacer sus necesidades.

Plántula de ortiga
Plántula de ortiga
Principalmente yo la obtengo de la recolección silvestre, aunque también para completar pesos en las medidas con las que trabajo las cojo de maceteros del patio delantero donde han salido de forma natural.
Estos maceteros los mimo un poco aportando de vez en cuando en el riego un poco de guano para que tengan ese aporte de nitrógeno que necesitan.



Plantas de ortiga
Centinelas de la higuera
Con el tiempo las plantas de han desarrollado muy bien y han florecido. Me ha parecido buena idea recolectar las semillas para en un futuro no depender del azar de la naturaleza y poder tener mis propias matas. No será mucho el espacio que le pueda dedicar a este cultivo pero me hace ilusión sembrar y ver el crecimiento de este vegetal tal útil. Para ello he introducido los tallos en una bolsa de plástico y dándole una sacudida estos liberan las semillas maduras. Es bueno antes de guardarlas secar un poco las semillas bien al sol, bien colocándolas en papel secante encima del horno o de cualquier otro electrodoméstico que durante su funcionamiento libere calor.

Una vez conocida la planta familiarizados con su cultivo y reproducción, en la siguiente entrada hablaremos de sus aplicaciones y como preparar las mismas.


Nos vemos por la terraza.

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